No tengas piedad, amor.
Hiere más hondo, más.
No duele.
Quiero decir que el dolor
es tan agudo ya
que rebasa
mi capacidad de gritar.
El grito está en mis ojos
y en mi sonrisa doblada
por la pena.
Hiere más hondo, anda.
Ensáñate como ayer
cuando tu menosprecio
me apartó a un lado
con el pie
como si fuera un perro
y yo no dije nada.
Sólo grité con los ojos
y con mi sonrisa arriada
por la pena.
Hiere más hondo, amor,
más y más hondo.
De tanto dolor no duele ya.
Bien dentro de la herida
remueve para agrandarla
tu puñal.
Gritaré sólo con los ojos
y con mi sonrisa arrodillada
por la pena.
Ensáñate en mí, amor.
Hiere profundo, hondo,
más hondo, más.
No duele.
Soy como un árbol-
Soy tu árbol
que sangra sin gritar.
El grito está en mis ojos
y en mi sonrisa atormentada
por la pena.
Hiere más hondo, amor,
hasta el instante
en que me veas doblarme,
hasta que veas
que inclino la cabeza
vencido por el peso
de ese dolor insoportable.