Para
cantar lo que siento
no preciso de guitarra
pues me sobra con el eco
que despierta mi garganta
más allá del río, lejos,
donde empiezan las montañas
mientras voy a paso lento
tarareando mi cantata.
Para caminar mis sendas
no me hace falta caballo
ni perro ni compañera
pues sé encontrar los atajos
yo solito y las veredas
que yo solo voy buscando
y el que no sepa ¡qué aprenda!
ya que llevando, paisano,
coraje en la morraleta
aunque el camino sea largo
al andarlo se te entrega.
Para componer mis cantos
no quiero ayudas ajenas.
Si canto sencillo canto
lo que me enseña la senda
y si canto solitario
es pa que no pongan riendas
a mi voz los hombres sabios,
basta que me oigan las
piedras.
Canto cuando quiero y canto
unas veces con la pena
y otras veces voy cantando
alegrías por la senda
aunque me cueste trabajo
pa que los otros aprendan
que sólo se es hombre cuando
aunque te ahogue la tristeza
se es capaz de ir tarareando
solito por las veredas